REAL E ILUSTRE COFRADÍA DEL CRISTO DE LA COLUMNA, NUESTRO SEÑOR DE LOS AFLIGIDOS Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD, POPULARMENTE CONOCIDA COMO LA HERMANDAD DE "EL SANTO"

jueves, 26 de junio de 2014

martes, 24 de junio de 2014

ANTEPROYECTO NUEVA CANDELERÍA DE MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD


Diseño de la Candalería
La semana pasada se presentaba la que será la nueva candelería de María Santísima de la Soledad. Después de un largo proceso de diseño,  la Orfebrería Orovio de la Torre presentaba este anteproyecto para el Paso de Palio de la Hermandad del Santo. Candelería que será estrenada por la Soledad de San Bartolomé en la Semana Santa venidera. 

Elegante diseño armonizado con el estilo del Paso de Palio, incluyendo elementos característicos de la Hermandad como el Escudo en las caras del pie y el símbolo mariano propio de nuestra Soledad en una pieza del fuste . Los candelabros grandes quedan estilizados y elegantes no siendo excesivamente gruesos quedando a acorde con el resto de paso, varales finitos, respiradero con dibujo menudo...

lunes, 23 de junio de 2014

YA A LA VENTA LAS PULSERAS DEL SANTO.¿YA TIENES LA TUYA?

Ya están a la venta las pulseras cofrades de los titulares de "El Santo". Se mezcla la pasión por la Hermandad con la elegancia y el estilo que la Cofradía merece. Forma de no olvidarnos de nuestros titulares y tenerlos presente en el día a día,  pulsera con la que se quedan los momentos vividos en el recuerdo, siguiendo así pensando en ellos.

Pero además estas pulseras de módico precio, nos permiten colaborar con la Obra Social Infantil de la Hermandad, destinando el beneficio económico de su venta a ella.

Respetando al máximo la identidad y los símbolos de la Cofradía, es el mejor de los productos para la mayor de las pasiones. Por 1 € consigue la pulsera de tus titulares y colabora con una causa justa.

viernes, 6 de junio de 2014

MÁS DE LO QUE LAS PALABRAS PUDIERAN EXPRESAR. TESTIMONIO DE UNA COSTALERA


"Más de lo que las palabras pudieran expresar"

Hace apenas unos meses, palabras como “chicotá”, “revirá”, “mecía” o “patero”, entre otras, me eran totalmente desconocidas. Pero poco a poco adquirieron un significado muy especial…

Intentar escribir o transmitir verbalmente lo que se siente portando un paso se ha convertido en una tarea ardua y difícil, al menos para mí. No logro encontrar la frase perfecta que defina lo que se siente ahí debajo, siendo los pies de una madre. Y pensándolo bien, me alegro de ello. ¿Por qué? Porque hay cosas en la vida tan fuertes que las palabras se quedan cortas, incluso obsoletas. Porque no hay sensación más bonita que saber que la llevas encima, sobre tus hombros, y que aunque duela, no importa; porque hay dolores que no duelen. Porque cada paso que das al compás de la música se queda grabado para siempre. Porque, en definitiva, las emociones se viven, se sienten, se expresan… pero no se explican. 

En tan solo dos días, viví momentos que han pasado a formar parte de la mejor memoria que conozco: el corazón. Y, a día de hoy, sonrío al recordar cada instante.
Tras muchos ensayos, llegaba a la ermita un Jueves Santo llena de ganas e ilusión, con las emociones a flor de piel. Sentía también cierto nerviosismo y respeto. Era mi primera procesión. Pero estaba segura que nada podía salir mal. Ella, la “Sole”, como cariñosamente me gusta llamarla, nos arroparía a todos con su precioso manto, del mismo modo que una madre cuida y protege a sus hijos… Y así fue. Después de rachear en solemne silencio, orar y escuchar saetas y aplausos dedicados a nuestra Virgen, la encerrábamos en casa con mucho esfuerzo, deseando que amaneciese de nuevo para volverla a bailar por las calles del pueblo. 

La mañana del Viernes Santo fue preciosa; muy intensa pero preciosa. Disfruté muchísimo al son de las marchas que nos acompañaban. Cada levantá fue única: por los que no están, por los que vendrán, por el gran trabajo de nuestro capataz, por nosotros mismos, para que Nuestra Santísima Madre de la Soledad nos llenara de gloria. Disfrutamos y creo que también hicimos disfrutar a todo aquel que nos veía pasar. Sin duda alguna, el calor de la gente con sus palmas me animaba a continuar, paso a paso, con descaro y fuerza… ¡siempre de frente! 

Y llegó la noche del entierro de Cristo. Para mí, fue de la más emotiva. Quizá porque, aunque no quería pensar en ello, en cierto modo,  era consciente que el tiempo pasaba. Intenté exprimir al máximo cada segundo, cada nota, cada chicotá. Jamás olvidaré la emoción que sentí ahí debajo cantando la Salve. Como tampoco olvidaré la última entrada en la ermita… Ese último “¡Al cielo, señores!”. Sin querer, aquello se terminaba. En ese instante, un cúmulo de sensaciones me invadieron por completo. Sinceramente, no sabría describirlo. Solo sé que me cayeron lágrimas de la emoción y los compañeros que tenía alrededor me empezaron a abrazar. Y aquello fue tan de verdad, tan de corazón, que no hizo falta decirnos nada entre nosotros. Simplemente, bastó con abrazarnos, mirarnos y sonreír.

Finalmente, no podría terminar estas líneas sin destacar el compañerismo que se respiraba en el interior de la trabajadera. Compañerismo y buen hacer, codo con codo. Llegar nueva a un grupo y que te traten como a una más… ha sido muy bonito. Hechos tan simples como ayudarnos a ponernos la faja, los ánimos debajo del paso, los abrazos y las felicitaciones mutuas al terminar cada procesión… han marcado mi primera Semana Santa desde dentro. La primera de muchas más que vendrán. No me equivoco si digo que ha sido un orgullo y un verdadero placer entrar a formar parte del grupo de costaleros de “la Soledad”. Ahora toca esperar al próximo año para volver a oír eso de “¡Menos paso, artistas!”.

POR: BEATRIZ DÍAZ - PAVÓN

lunes, 2 de junio de 2014

¿DONDE QUEDARON LOS DERECHOS FUNDAMENTALES?


En plena celebración del Año Jubilar herenciano han aparecido en dos de los principales Inmuebles de la parroquia de Herencia diferentes "graffiti" de contenido político si es que así se les puede denominar que, independientemente de su significado no guardan relación con lo que viene siendo la labor social y espiritual de la Madre Iglesia Católica. Suponen desde un punto de vista democrático la vulneración de principios tan elementales y esenciales de cada individuo de la sociedad como son los Derechos Fundamentales consagrados por el Texto Supremo del 1978.

Derechos que sin duda se exigen en un Estado Social y Democrático de derecho y que tanto la Iglesia como como la actividad de ordenación y limitación de la Administración Pública  y aún más si cabe el legislador se empeñan en consagrar al ser éstos intrínsecos de cada español.

Verdaderamente se trata de poner en peligro el binomio libertad-seguridad, lo precisaría más libertad-garantías-seguridad. Dónde queda la Libertad religiosa y de culto del artículo 16 CE cuando se atenta contra los bienes de la entidad que nos representa, bienes que son dominio de la Iglesia desde tiempo inmemorial y que más aún en este año que celebramos los 300 años de su inauguración insultan su nombre escribiendo en su paredes. 

Dónde queda el derecho al honor y a la propia imagen cuando se estampan rubricas peyorativas a un colectivo como es el de los cristianos creyentes de un pueblo en el que la mayoría de la población se nombra cristiana. No cabe duda que la seguridad ciudadana es una relevante exigencia jurídica que, como tal y como protección de la estructura social tiene que ser reconocida en el ámbito del derecho, como lo hace la propia Constitución Española, que le otorga un carácter de bien jurídico protegido para su concreción protectora por los diversos sectores del ordenamiento jurídico. 

Podríamos sin embargo aludir a que tal alcance obviamente no es absoluto sino que tiene que estar equilibrado con otros bienes e intereses sociales, con derechos y libertades proclamados por el propio texto constitucional. El reconocido principio  de  interpretación unitaria de la Constitución precisa de una interpretación equilibrada de respeto a aquellos derechos y de soluciones ponderadas en caso  de posibles conflictos competenciales entre sí. Cabría pues ponderar la igualdad del art. 14  y la libertad del 16 con el derecho de expresión del artículo 20 y el 17 del citado texto jurídico. Nadie pretende excluir el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción a los autores de este graffiti, pero es inaudito que este derecho soslaye el mismo derecho que tienen los católicos a expresar en sus paredes sus ideas y creencias poniendo en peligro el derecho de igualdad. Destacando que no es el método más idóneo el utilizado ni el medio adecuado. Se presenta pues desubicada esta pintura, quedando patente y predominando la protección de susodichos derechos y libertades y los daños o deslucimiento de  inmuebles que pertenecen a la Iglesia Católica en Herencia y a su población.

Si bien, no puede hablarse de bien demanial al ser bienes pertenecientes a la Iglesia, pero no niega esto su tráfico público, la utilidad de dichos inmuebles por los habitantes de Herencia hace que se encuentren afectados al uso general y es por consiguiente una falta de respeto a dichos inmuebles, conllevando colateralmente la falta de respeto a los creyentes. A título personal considerando tales inmuebles de la Iglesia de la misma magnitud y relevancia que un bien demanial, establecería el mismo grado inalienable con los bienes de la Iglesia, al ser de igual forma estos bienes propios de cada herenciano.

Pero esto no supone únicamente la vulneración de estos derechos sino que además queda sucinta la degradación del patrimonio en Herencia y  es reflejo de una carente formación y amor propio a la Historia de nuestra villa. Si el principal templo artístico y patrimonial en la localidad se ve humillado de esta forma poco queda de esperar en la formación cultural del autor de dicho escrito.

Es denigrante que en pleno siglo XXI se atente así contra estos derechos fundamentales, contra el patrimonio de un pueblo y contra la Integridad de unos creyentes. La libertad que consagramos como principio de nuestra Sociedad comienza con el respeto de los demás.

Christian García Díaz - Pavón