REAL E ILUSTRE COFRADÍA DEL CRISTO DE LA COLUMNA, NUESTRO SEÑOR DE LOS AFLIGIDOS Y MARÍA SANTÍSIMA DE LA SOLEDAD, POPULARMENTE CONOCIDA COMO LA HERMANDAD DE "EL SANTO"

martes, 8 de abril de 2008

Mis primeras palabras


Este blog ha sido creado para que todos los que nos sentimos cerca de nuestra hermandad, tengamos un pequeño sitio donde podamos disfrutar de todo lo que rodea a la misma. Espero que entre todos hagamos de este sitio una entrada obligatoria para conocer la Semana Santa de Herencia.

Semana Santa 2008

Jueves Santo, el silencio.

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Ya es Jueves Santo, preparamos nuestras
túnicas, nuestra medalla, el farol, nuestras madres dan los últimos retoques, un poquito por aquí, menos por allá, nos ponemos el capuchón, es hora de irse.

Una vez en la ermita, bajo esa noche de silencio, respirando esa mezcla de olores a incienso, a cera, a flores, observando como los nazarenos van llegando, como los anderos nerviosos entran y salen, como nuestros músicos se van colocando........ Llega la hora: "José Miguel, Pedro, nos vamos", ese primer toque de cornetín, ese que te deja los pelos de punta porque sabes que empieza nuestra primera estación penitencial, comienza el repique de caja, la banda comienza a tocar, todo el mundo mira impresionado, nuestros estandartes detrás, nos vamos al Convento, a por nuestra imagen hermana, El Cristo del Consuelo. Subimos en ordinaria, nos esperan con las puertas abiertas, jamás olvidaremos todos aquellos que vivimos su primera salida, uno de esos momentos que sabes que se recordará el resto de los días, sale nuestro Cristo por el portón, majestuoso, con sus nuevas potencias, mientras los músicos tocan el himno la estampa es sobrecogedora, Antonio con su estandarte mira la salida emocionado, "es tu hora mi Cristo del Consuelo", es la hora de que todo el pueblo te mire con ojos de pasión.
Bajamos a la ermita, llegamos al Santo, Chemi se acerca nervioso a ayudar, mucha gente espera nuestra salida. Sin perder tiempo sacamos a nuestro primer titular que hoy no procesiona, el Cristo de la Columna, bajamos al Cristo de los Afligidos para que pueda sobrepasar el umbral de la puerta, despacio, sin prisas, se escuchan voces por detrás: "Pedro, despacito......", sale a la calle, iluminado con su manto de claveles, bajo el más estricto de los silencios, solo roto por las indicaciones de los portadores del trono, es la hora de la Soledad......... Chemi reune a su anderos, el ambiente dentro de la ermita es tenso, se oyen los primeros campanazos, unos toques cortos pero continuos mientras Chemi los recorre mentalmente, están todos, respira aliviado, están en una especie de corro cuando Mata, nuestro Vicepresidente, comienza a rezar en alto y el resto le sigue, piden a su virgen que les ayude en esta noche, que les ayude a soportar una pequeña parte de su sufrimiento, que les ayude en los momento malos, le piden a su virgen por todas las hermandades que se encuentran en la calle. El primer esfuerzo, nada más salir, de rodillas, campanazo tras campanazo la van sacando, entre aplausos y gritos de animo del capataz: "¡vamos valientes!, ya esta fuera, una más....", de nuevo lo habéis conseguido, la soledad esta en la calle.
Sin prisas nos acercamos a la carrera oficial, aún nos queda tiempo para salir, son momentos de librar tensiones, de reponernos de la salida de nuestra ermita, momentos de contar nazarenos y colocar filas. El Cristo del Consuelo inicia su estación, muchos nazarenos vemos hoy, la banda solo toca los tambores, es Jueves de silencio, volvemos a bajar el Cristo de los Afligidos porque debemos pasar los arcos del casino, ya estamos en procesión. La Soledad como todos los años pasa los arcos bajo las rodillas de sus anderos, más sufrimiento, más gemidos, más emoción. La procesión ha ido perfecta, ya llega el Consuelo a su casa, a su Convento, ya se ve aparecer a Nuestro Señor de los Afligidos por los arcos, con su madre detrás, con sus anderos cansados pero satisfechos, ya llegamos a la ermita, nos queda poco, muy poco. Una vez dentro, se ven caras cansadas pero sonrientes, nazarenos sin capuchón hablando de los pormenores, es Jueves Santo, es la del Silencio, solo queda una oración e irnos a casa, mañana será un día largo...........

lunes, 7 de abril de 2008

Viernes Santo, los siete pasos.

Amanece, abro los los ojos y como si fuera por inercia corro hacia la ventana, aún nos queda la psicosis de lluvia del 2007, el día es claro, soleado, en definitiva perfecto. Después de una ducha, intento desayunar algo, pero mi estomago no me permite muchas licencias, aún tengo ese cosquilleo del día anterior y va en aumento a medida que se acerca la hora de la procesión. Sin perder más tiempo, vuelvo a esa parafernalia que tanto nos gusta, túnica, medalla, esparto o cordón, calzado oscuro, todo en su sitio. Llego a la ermita y me cruzo con las Santeras, me sonríen y comentan con ojos vidriosos lo pasado anoche, me felicitan y yo a ellas, sin las cuales todo esto no sería posible. Llego a la puerta y me presino antes de entrar, la sensación de ver todos los pasos montandos aún me produce un escalofrío, comienza a llegar gente, los anderos con cara de sueño, nazarenos madrugadores y por supuesto toda la Junta de Gobierno, nos cruzamos miradas y nadie dice nada, pero las caras de satisfacción lo dicen todo.
Hoy salimos de las cuatro esquinas, la hora se acerca y ya se oyen los tambores del Cristo, abrimos las puertas a nuestro Cristo de la Columna, impresionante, azotado en su trono, el conjunto no puede ser más bello, suena el himno y baja por la rampa, siempre que sale me parece que baja un poco de la historia de este pueblo, un poco de nuestra ermita, de nuestro sentir, sale el primer titular que tuvo esta hermandad y eso..... eso pesa mucho en todos los que estamos alrededor de todo esto. Como si de una procesión propia se tratara, van saliendo trono tras trono, los afligidos después, con su señorío, esa imagen que representa en si misma toda la pasión, la Soledad detrás con su corona, con su mirada perdida y sus lágrimas en los ojos.
Comienza nuestra segunda estación penitencial, esta vez con una marcha de nuestra banda de cornetas y tambores que anuncia que estamos en la calle.
La procesión discurre normalmente, hasta que llegamos a nuestra segunda casa, el Convento, los estandartes del Cristo de la Columna y del Cristo del Consuelo hacen una reverencia a sus puertas, como no puede ser menos, somos hermanos y nos encanta hacerlo. Van pasando cofradía tras cofradía y a lo lejos se divisa el Cristo Cruzificado y su madre, estamos llegando al Convento y el capataz de la Soledad da martillazos a la campana, una levantá que estamos llegando, "¡¡ al cielo con ella !!", giramos en el anchurón y se vuelve a oír otra orden, " de costero a costero ", esta vez sin campana, los primeros aplausos comienzan a oírse, el paso avanza, despacio, a ritmo de esos tambores, de esos pocos tambores que dan aún una mayor sensación de respeto, vemos a nuestro Cristo del Consuelo en la puerta, el trono gira de manera sutil, parece que se meciera, casi esta encarado cuando arranca una saeta tocada por una trompeta y un bombardino de la Agrupación Musical Santa Cecilia de Herencia y al toque de campana, la madre se inclina ante su hijo, las lágrimas nos desbordan, el momento es mágico y muy emotivo, los aplausos casi no dejan oír esa saeta, mientras nos aguarda una última sorpresa, nuestros hermanos, la Orden Tercera de la Merced, regaló a la Soledad un ramo de flores y un medallón con el escudo de la Orden, que a partir de ahora lucirá orgullosa en cada desfile procesional, todo este encuentro acaba con una lluvia de pétalos cuando la virgen se aleja.

Estamos llegando al final de la procesión, solo nos queda un último momento, un momento muy íntimo, un momento de hermandad, de esos que solo viven los que se acercan al Santo a ver encerrar nuestras imagenes, todas en plena plaza de San Bartolome, en el barrio que tanto nos apoya y sin el cual no se entiende nuestra Cofradía, están las tres imagenes en la calle cuando se oyen guitarras españolas, es el coro rociero que canta a nuestros pasos, que canta a nuestra ermita, a nuestros anderos, a todos los que estamos allí, es una sevillana preciosa, sentida, que nos hace emocionarnos de nuevo.... Es el final de la procesión de los siete pasos, un final perfecto.

domingo, 6 de abril de 2008

Viernes noche, entierro Cristo.

Sin mucho tiempo para descansar volvemos a la ermita, tenemos que hacer cosas en el trono de la Virgen de la Soledad, hay que poner la cruz con el sudario que lleva en esta procesión y cambiar la corona de espinas que lleva en las manos por unos iris morados, estos pequeños o grandes detalles según quien los mire, hace de nuestra cofradía algo especial.
Es la hora y estamos en la puerta esperando a que lleguen nazarenos, anderos e integrantes de la banda, hablamos entre nosotros de los últimos detalles, de como vamos a organizarnos cuando acabe esta noche y estemos todas las hermandades en la plaza, somos cuatro pasos y necesitamos una buena coordinación. Oigo atento lo que cada uno aporta y miro la cara de todos, para mis adentros pienso que es un honor y un privilegio pertenecer a esta hermandad y tener al al lado a toda esta gente empujando y dando todo lo que tiene, de verdad que son personas a las que jamás podré agradecer de ningún modo todo su apoyo, es para mi un orgullo tener estos hermanos a los que ya considero amigos íntimos.
Sin mucho más tiempo para pensar, damos la orden para ir al Convento, vamos a sacar a nuestro Cristo del Consuelo por última vez este año, la salida sigue siendo algo muy especial, ver bajar ese Cristo por esas las puertas....... os aseguro que que pone los pelos de punta, es el momento en que las dos hermandades son una sola, un momento de la Semana Santa que nadie debería perderse.
Bajamos al Santo y rápidamente sacamos a nuestros titulares, siempre bajo el himno tocado por nuestra banda y las miradas de orgullo del resto, sale la Soledad, la virgen de todos, la virgen de nuestros Cristos, la madre de todos, con sus anderos de rodillas, y los campanazos de fondo.
Estamos en la carrera oficial, la procesión discurre con normalidad, sin cortes ni sobresaltos, llegamos a la plaza y colocamos al Cristo del Consuelo y al Cristo de la Columna, después del nazareno, aparece Nuestro Señor de los Afligidos que se coloca justo al lado de este último, falta la Soledad, que esta preparada para pasar los arcos, los anderos ser remangan la túnica, la expectación es enorme y hay mucha gente, se arrodillan y se oye el primer campanazo que sube el trono sobre los hombros, hay silencio...., el capataz da el primer golpe de campana y se escuchan los primeros aplausos, pero..... mejor que contarlo es que lo veáis, pinchar en el vídeo, creo que mis palabras sobran y tampoco sabría explicar ese momento. Solo quiero hacer desde aquí, un reconocimiento a estos anderos que tanto sufrimiento aguantan, solo hay que hacer un ensayo con ellos para darse cuenta de lo que realmente viven.