Desde hace pocos días, nuestra ermita luce y presume orgullosa de una nueva cristalera, que aparte de embellecer la casa de nuestros titulares, está a su vez cargada de significado y simbolismo.
La imagen que refleja nuestra cristalera es la del Cordero como figura de Cristo Mesías y Salvador. Es el Cordero esta figura tan simbólica a lo largo de la Biblia que une en sí, Nuevo y Antiguo Testamento. Es el título que mejor describe la naturaleza e impacto del ministerio de Jesús como Redentor y Salvador del mundo.
¿Por qué llamamos a Cristo "Cordero de Dios"? Os enumeramos algunas de las razones:
1. Es el Primer título registrado en el Evangelio de Juan, que introduce a Jesús, el Mesías esperado por siglos y siglos. Juan resume el ministerio de Jesús a favor de la humanidad tanto para la nación de Israel en el Antiguo Testamento como para todo el mundo en general en el nuevo pacto “ He allí el Cordero de Dios( A.T) que quita el pecado del mundo”( N.T)
2. El Cordero de Dios es Jesús, es la Pascua de Jehová. Y este cordero es la presentación personal y amorosa de Dios mismo en olor fragante para el perdón de los pecados de la humanidad “ por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23)
3. El cordero es el recordatorio de la extraordinaria historia de cómo Dios salvó a la nación Judía de la esclavitud en Egipto. “Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua” (Exo. 12:21). Lo cual señala el derramamiento de Jesús como el cordero de Dios derramando su propia sangre en la Cruz del calvario y donde dio libertad del pecado “llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres”(Efe 4). Además de ser el cordero en quien la ira de Dios se derramaría totalmente sobre Él y así llevar en su cuerpo la maldición del pecado que pesaba sobre nosotros los seres humanos (Gal. 3:13; Deut. 21:23) y hacer la paz con Dios.
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