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Ya es Jueves Santo, preparamos nuestras
túnicas, nuestra medalla, el farol, nuestras madres dan los últimos retoques, un poquito por aquí, menos por allá, nos ponemos el capuchón, es hora de irse.
Una vez en la
ermita, bajo esa noche de silencio, respirando esa mezcla de olores a incienso, a cera, a flores, observando como los nazarenos van llegando, como los anderos nerviosos entran y salen, como nuestros
músicos se van colocando........ Llega la hora: "
José Miguel, Pedro, nos vamos", ese primer toque de
cornetín, ese que te deja los pelos de punta porque sabes que empieza nuestra primera estación penitencial, comienza el repique de caja, la banda comienza a tocar, todo el mundo mira impresionado, nuestros estandartes
detrás, nos vamos al Convento, a por nuestra imagen hermana, El Cristo del Consuelo. Subimos en ordinaria, nos esperan con las puertas abiertas, jamás olvidaremos todos aquellos que vivimos su primera salida, uno de esos momentos que sabes que se recordará el resto de los días, sale nuestro Cristo por el portón,
majestuoso, con sus nuevas potencias, mientras los músicos tocan el himno la estampa es
sobrecogedora, Antonio con su estandarte mira la salida emocionado, "es tu hora mi Cristo del Consuelo", es la hora de que todo el pueblo te mire con ojos de pasión.
Bajamos a la
ermita, llegamos al Santo,
Chemi se acerca nervioso a ayudar, mucha gente espera nuestra salida. Sin perder
tiempo sacamos a nuestro primer titular que hoy no
procesiona, el Cristo de la Columna, bajamos al Cristo de los
Afligidos para que pueda sobrepasar el umbral de la puerta, despacio, sin prisas, se escuchan voces por
detrás: "Pedro, despacito......", sale a la calle, iluminado con su manto de claveles, bajo el más estricto de los silencios, solo roto por las indicaciones de los portadores del trono, es la hora de la Soledad.........
Chemi reune a su anderos, el ambiente dentro de la
ermita es tenso, se oyen los primeros
campanazos, unos toques cortos pero continuos mientras
Chemi los recorre mentalmente,
están todos, respira aliviado,
están en una especie de corro cuando Mata, nuestro Vicepresidente, comienza a rezar en alto y el resto le sigue, piden a su virgen que les ayude en esta noche, que les ayude a soportar una pequeña parte de su sufrimiento, que les ayude en los momento malos, le piden a su virgen por todas las hermandades que se encuentran en la calle. El primer esfuerzo, nada más salir, de rodillas,
campanazo tras
campanazo la van sacando, entre aplausos y gritos de animo del capataz: "¡vamos valientes!, ya esta fuera, una más....", de nuevo lo
habéis conseguido, la soledad esta en la calle.
Sin prisas nos acercamos a la carrera
oficial, aún nos queda tiempo para salir, son momentos de librar tensiones, de
reponernos de la salida de nuestra ermita, momentos de con
tar nazarenos y colocar filas. El Cristo del
Consuelo inicia su estación, muchos nazarenos vemos hoy, la banda solo toca los tambores, es Jueves de silencio, volvemos a bajar el Cristo de los Afligidos porque debemos pasar los arcos del casino, ya estamos en procesión. La Soledad como todos los años pasa los arcos bajo las rodillas de sus anderos, más sufrimiento, más gemidos, más emoción. La procesión ha ido perfecta, ya llega el Consuelo a su casa, a su
Convento, ya se ve aparecer a Nuestro Señor de los Afligidos por los arcos, con su madre
detrás, con sus anderos cansados pero satisfechos, ya llegamos a la ermita, nos queda poco, muy poco. Una vez dentro, se ven caras cansadas pero sonrientes, nazarenos sin capuchón hablando de los pormenores, es Jueves Santo, es la del Silencio, solo queda una oración e irnos a casa, mañana será un día largo...........