Quiero recoger estas palabras de la Biblia para transcribir un hecho en el que circunstancialmente me encontré.
La festividad de nuestra madre de la Merced, como no hablar de su precioso trono, su paseo procesional por las calles repletas de sus hijos y esa preciosa petalada en le ayuntamiento.
Pero lo que quiero resaltar fue el momento que percibí en su convento, cuando fui a recoger un estandarte días después de su festividad.
Estaban allí un grupo de fieles para subir la virgen a su camarín desde el cual cuidará y dará aliento a todos las suplicas de sus hijos, recoger y guardar todos los enseres de su nuevo trono. Lo que me llamó la atención es que en ese grupo de gente que había estaban el presidente comendador, camareras y fieles.
Todo se igualaba y sólo se veía el hijo de la santísima virgen cuidando de ella igual que cuando nuestra madre nos necesita.
Veía al igual que yo que cuando miramos la sagrada imagen de Maria en nuestros ojos emocionados y cristalinos se refleja la mas sincera plegaria que recibe la virgen que solo lo entiende un cristiano.
Cuando de la virgen empezaron a descender sus pertenencias, las manos que los recogían se sentían dichosas, reflejaban la emoción y responsabilidad de llevar algo de nuestra madre.
Es esa emoción es donde vi la intervención de Mario que tenía allí reunidos en concordia y armonía a un grupo de gente que tiene como denominador común el amor a Maria que les lleva allí fuera del clamor popular a estar a solas con Mario y dedicarle todo su esfuerzo y ganas que les da salud para que el año que viene estar en la novena y procesionen, pero también en ese momento intimo de poder de cerca orar y pedir a Maria por nuestros anhelos sufrimientos y dar gracias.
Me pareció tan bonito resaltar este momento tan emotivo, mis felicitaciones a los padres mercedarios por su festividad y a Herencia entera.
Pedirle a la virgen que nos de esos momentos en que sus hijos nos apiñamos en torno a ella.
La festividad de nuestra madre de la Merced, como no hablar de su precioso trono, su paseo procesional por las calles repletas de sus hijos y esa preciosa petalada en le ayuntamiento.
Pero lo que quiero resaltar fue el momento que percibí en su convento, cuando fui a recoger un estandarte días después de su festividad.
Estaban allí un grupo de fieles para subir la virgen a su camarín desde el cual cuidará y dará aliento a todos las suplicas de sus hijos, recoger y guardar todos los enseres de su nuevo trono. Lo que me llamó la atención es que en ese grupo de gente que había estaban el presidente comendador, camareras y fieles.
Todo se igualaba y sólo se veía el hijo de la santísima virgen cuidando de ella igual que cuando nuestra madre nos necesita.
Veía al igual que yo que cuando miramos la sagrada imagen de Maria en nuestros ojos emocionados y cristalinos se refleja la mas sincera plegaria que recibe la virgen que solo lo entiende un cristiano.
Cuando de la virgen empezaron a descender sus pertenencias, las manos que los recogían se sentían dichosas, reflejaban la emoción y responsabilidad de llevar algo de nuestra madre.
Es esa emoción es donde vi la intervención de Mario que tenía allí reunidos en concordia y armonía a un grupo de gente que tiene como denominador común el amor a Maria que les lleva allí fuera del clamor popular a estar a solas con Mario y dedicarle todo su esfuerzo y ganas que les da salud para que el año que viene estar en la novena y procesionen, pero también en ese momento intimo de poder de cerca orar y pedir a Maria por nuestros anhelos sufrimientos y dar gracias.
Me pareció tan bonito resaltar este momento tan emotivo, mis felicitaciones a los padres mercedarios por su festividad y a Herencia entera.
Pedirle a la virgen que nos de esos momentos en que sus hijos nos apiñamos en torno a ella.
1 comentario:
Mis más sinceras felicitaciones por el articulo. No es nada facil plasmar con la palabra un sentimiento tan íntimo. Enhorabuena.
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