El Santo se vestía de farolillos y lunares para disfrutar de una semana de fiesta rodeado de buena compañía y mejor colaboración. Desde el Miércoles 21, la Hermandad traslada su casa de Hermandad a la Caseta del Santo. Se encendió el “alumbrao” y empezó la Feria. Horarios, gentío, momentos vividos… Muchos cofrades acuden a la Feria para pasarlo bien, pero también con la intención de ayudar a su hermandad en estas fechas en las que, como ya es habitual, el chiringuito del Santo vuelve a emplazar su lugar.
Todo un espectáculo de luces, colores y mejor música que junto a nuestra gastronomía manchega convierten nuestro chiringuito en el favorito del ferial. Bajo los toldos de la caseta se unen el mejor ambiente bajo la devoción a nuestros titulares. Un año más en el que el Santo ha estado al pie del cañón, al ritmo de la Feria de Septiembre, sin olvidar y agradecer a todos nuestros hermanos cofrades que, sacrificando su ocio y descanso, no dudaban en colaborar con la Hermandad en esta gran familia que es el Santo.
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